Cuando hablamos de seguros, es normal sentirse perdido. Hay tantos tipos —vida, salud, coche, hogar, de viaje, de gadgets, etc.— que no siempre sabemos cuáles son realmente necesarios y cuáles son un gasto que podríamos evitar.
La clave está en entender que no todos los seguros son útiles en todas las etapas de la vida. Lo que necesitas a los 20 no es lo mismo que lo que necesitas a los 40 con familia o a los 60 pensando en tu jubilación.
En este artículo vamos a recorrer las principales fases de la vida y ver qué seguros de verdad aportan valor en cada momento… y cuáles no son tan prioritarios.
1. Etapa joven (18 – 25 años)
En esta etapa la mayoría de las personas estudian, empiezan su primer trabajo o incluso siguen viviendo con sus padres. Los ingresos suelen ser limitados y, por eso, lo importante es proteger lo básico sin gastar de más.
Seguros recomendados:
- Seguro de coche (obligatorio): si tienes vehículo propio, este es imprescindible. Al menos el seguro de responsabilidad civil que cubra daños a terceros.
- Seguro de salud (opcional pero recomendable): la sanidad pública funciona, pero un seguro privado puede darte acceso más rápido a especialistas, algo muy valorado si estudias o trabajas y no quieres esperar meses por una cita.
- Seguro de viaje (si sales al extranjero): barato y muy útil para estudiantes Erasmus o jóvenes que hacen estancias fuera del país.
Seguros menos prioritarios:
- Seguro de vida: salvo que tengas un préstamo a tu nombre o dependientes económicos (lo cual es raro a esta edad), no es necesario todavía.
- Seguro de hogar completo: si vives con tus padres, la vivienda ya estará cubierta por su póliza.
???? Consejo: céntrate en cumplir con lo obligatorio (coche) y valorar salud o viaje según tu estilo de vida.
2. Adulto independiente (25 – 35 años)
Aquí ya hablamos de personas que trabajan, alquilan o compran su primera vivienda, e incluso empiezan a pensar en formar una familia. La estabilidad económica crece y también las responsabilidades.
Seguros recomendados:
- Seguro de coche: sigue siendo básico si conduces. A esta edad, puede que te interese pasar de un seguro a terceros a un seguro a todo riesgo si el coche es nuevo.
- Seguro de hogar: fundamental si alquilas o compras. Cubre tus pertenencias y posibles daños a terceros (por ejemplo, una fuga de agua que inunda el piso de abajo).
- Seguro de salud: muy recomendable, sobre todo si trabajas mucho y valoras el acceso rápido a consultas y pruebas médicas.
- Seguro de vida con invalidez: si ya tienes un préstamo importante (como una hipoteca) o alguien depende de ti económicamente, empieza a ser una buena idea.
Seguros menos prioritarios:
- Seguros de gadgets o electrodomésticos: suelen ser caros y limitados. Mejor ahorrar ese dinero en un fondo de emergencia.
- Seguros de decesos: todavía es muy pronto, salvo que quieras dejarlo atado por tradición familiar.
???? Consejo: aquí es cuando empiezas a crear tu “pack básico de seguridad”: coche + hogar + salud. Y si tienes hipoteca, añade vida.
3. Etapa con familia (35 – 55 años)
Es probablemente la etapa más exigente en cuanto a seguros. Aquí no solo piensas en ti, sino también en tu pareja e hijos. Tus decisiones financieras tienen un impacto directo en otras personas.
Seguros recomendados:
- Seguro de vida completo: ahora sí es imprescindible. Sirve para que, si te pasara algo, tu familia pueda mantener su calidad de vida, pagar la hipoteca y cubrir gastos.
- Seguro de salud familiar: muy útil para incluir a tus hijos y evitar listas de espera en pediatría, especialistas o urgencias.
- Seguro de hogar robusto: con cobertura amplia (incendio, robo, daños por agua, responsabilidad civil).
- Seguro de coche: si la familia usa varios vehículos, revisa cada póliza y busca ofertas por flota o seguros combinados.
- Seguro de vida con invalidez o accidentes: porque el riesgo de perder la capacidad de trabajar impactaría de lleno en la economía familiar.
Seguros menos prioritarios:
- Seguros de viaje permanentes: salvo que viajes constantemente, puedes contratarlos solo cuando lo necesites.
- Seguros muy específicos (mascotas, gadgets, bicicletas): útiles en algunos casos, pero secundarios frente a la protección de la familia.
???? Consejo: prioriza seguros que protejan el bienestar y la estabilidad financiera de tu familia.
4. Etapa madura (55 años en adelante)
En esta fase, muchos hijos ya son independientes y las preocupaciones cambian: la salud y la tranquilidad en la jubilación se vuelven prioritarias.

Seguros recomendados:
- Seguro de salud: esencial para tener acceso rápido a especialistas en una etapa donde la atención médica se vuelve más frecuente.
- Seguro de decesos: cada vez más personas lo contratan para evitar que sus hijos tengan que asumir gastos funerarios.
- Seguro de hogar: sigue siendo imprescindible.
- Seguro de vida: si aún tienes préstamos o alguien depende económicamente de ti, puede seguir siendo útil, aunque muchas veces se va reduciendo la cobertura con la edad.
Seguros menos prioritarios:
- Seguro de coche: si dejas de conducir, puedes darlo de baja o reducirlo al mínimo.
- Otros seguros pequeños: salvo que tengan mucho sentido en tu estilo de vida, ya no son prioritarios.
???? Consejo: esta es la etapa de simplificar. Mantén lo esencial (salud, hogar, decesos) y elimina lo que ya no uses.
Conclusión
Los seguros son una herramienta que te acompaña a lo largo de tu vida, pero no todos son necesarios en todo momento.
- Cuando eres joven, céntrate en lo obligatorio y lo que te dé tranquilidad (coche, salud, viaje puntual).
- Cuando eres adulto independiente, añade hogar y empieza a valorar vida si tienes deudas importantes.
- Cuando tienes familia, el seguro de vida y de salud se vuelven protagonistas, junto con hogar y coche.
- Cuando eres mayor, lo clave es la salud, el hogar y dejar resuelto el tema de decesos.
En resumen: los seguros no son un gasto inútil, son una inversión en tranquilidad. La clave está en elegir los adecuados según tu etapa de vida y no pagar por lo que no necesitas.

