Contratar un seguro debería ser una decisión que nos aporte tranquilidad y seguridad. Sin embargo, muchas veces lo hacemos con prisas, sin leer bien el contrato o dejándonos llevar únicamente por el precio. El resultado: pólizas que no cubren lo que necesitamos, gastos innecesarios o, lo peor, quedarnos desprotegidos justo en el momento en que más falta nos hace.
En este artículo repasamos los errores más comunes al contratar un seguro, para que puedas evitarlos y tomes decisiones más inteligentes la próxima vez que necesites una póliza.
1. Elegir solo por el precio más bajo
Este es el error más frecuente. Todos queremos ahorrar, pero en los seguros, lo más barato puede salir caro.
Un seguro económico suele tener:
- Cobertura mínima: lo justo para cumplir con la ley.
- Franquicias altas: pagarás mucho de tu bolsillo antes de que la aseguradora se haga cargo.
- Exclusiones importantes: es decir, cosas que no cubre y que quizás sí necesitas.
👉 Consejo: compara precios, pero siempre junto con coberturas, límites y condiciones.
2. No leer la letra pequeña
La letra pequeña es donde se esconden las exclusiones, limitaciones y condiciones.
Ejemplos comunes:
- Seguro de hogar que no cubre robos si no hay señales de forzamiento.
- Seguro de salud que no incluye enfermedades preexistentes.
- Seguro de coche que excluye siniestros si el conductor es menor de 25 años y no figura como asegurado principal.
👉 Consejo: dedica tiempo a leer el contrato completo antes de firmar.
3. No definir tus necesidades reales
Muchas personas contratan un seguro sin pensar qué necesitan exactamente. Resultado: pagan de más por coberturas inútiles o se quedan cortos en protección.
Ejemplo:
- Contratar un seguro a todo riesgo para un coche viejo que vale menos que la prima anual.
- Contratar un seguro de vida enorme cuando no tienes hijos ni hipoteca.
👉 Consejo: analiza tu situación personal y elige las coberturas que realmente se ajusten a ti.
4. No declarar información correctamente
Al rellenar el cuestionario, algunas personas omiten información o dan datos inexactos pensando que así pagarán menos. Pero si luego hay un siniestro, la aseguradora puede negarse a cubrirlo.
Ejemplos:
- Declarar menos kilómetros al año de los que realmente haces en el coche.
- Ocultar enfermedades previas en un seguro de salud.
👉 Consejo: siempre responde con sinceridad. A corto plazo pagarás un poco más, pero a largo plazo tendrás protección real.
5. No revisar el seguro cada año
Muchos contratan un seguro y lo dejan renovarse automáticamente, sin comprobar si sigue siendo el adecuado.
Errores comunes:
- No comparar precios y pagar cada vez más caro.
- No actualizar coberturas (por ejemplo, cuando ya no tienes hipoteca o tus hijos son mayores).
👉 Consejo: revisa tu póliza una vez al año y compárala con otras opciones del mercado.
6. Confiar solo en lo que dice el comercial
Los agentes de seguros están para ayudarte, pero recuerda que su objetivo es vender. A veces pueden resaltar lo positivo y dejar de lado lo que la póliza no cubre.
👉 Consejo: escucha sus explicaciones, pero confirma siempre todo lo que te dicen en el contrato escrito.

7. No comprobar las exclusiones
Muchos seguros tienen exclusiones que pasan desapercibidas. Y justo esas exclusiones son las que marcan la diferencia cuando ocurre un siniestro.
Ejemplos:
- Seguro de viaje que no cubre accidentes en moto de alquiler.
- Seguro médico que no incluye psicología o fisioterapia.
- Seguro de hogar que no cubre daños por falta de mantenimiento.
👉 Consejo: pide una lista de exclusiones y léela con calma.
8. Contratar coberturas duplicadas
Es más común de lo que parece. Muchas personas pagan por lo mismo dos veces sin darse cuenta.
Ejemplo:
- Tu banco te ofrece un seguro de viaje con la tarjeta… pero tú ya tienes un seguro de viaje aparte.
- Tu seguro de hogar incluye responsabilidad civil… y también la tienes en otro seguro personal.
👉 Consejo: revisa qué coberturas ya tienes antes de contratar una nueva póliza.
9. No valorar la reputación de la aseguradora
El precio importa, pero también cómo responde la compañía en caso de siniestro. De poco sirve un seguro barato si, llegado el momento, ponen trabas para pagarte.
👉 Consejo: investiga opiniones de clientes, busca en foros y consulta rankings de satisfacción.
10. No pedir ayuda profesional cuando lo necesitas
Hay seguros sencillos (como el del coche o de viaje), pero otros son más complejos, como los de vida, salud o responsabilidad civil profesional. En esos casos, un corredor de seguros puede ayudarte a entender las diferencias y encontrar la mejor opción para ti.
👉 Consejo: no tengas miedo de pedir asesoría. Puede ahorrarte dinero y problemas en el futuro.
Conclusión
Contratar un seguro debería darte tranquilidad, no dolores de cabeza. Para evitar problemas, ten en cuenta estos puntos:
- No elijas solo por precio.
- Lee la letra pequeña.
- Declara la información correctamente.
- Revisa tus pólizas cada año.
- Comprueba exclusiones y evita coberturas duplicadas.
En definitiva: el mejor seguro no es el más caro ni el más barato, sino aquel que se ajusta a ti y responde cuando lo necesitas.

