Contratar un seguro nos da la tranquilidad de saber que, si algo malo ocurre, habrá alguien que nos respalde económicamente. Sin embargo, no siempre las cosas salen como esperamos. A veces, cuando llega el momento de usarlo, la aseguradora rechaza el pago o la indemnización, y ahí surge la gran pregunta: ¿qué puedo hacer si el seguro no quiere pagar?
En este artículo te explicaré de manera clara cuáles son las razones más frecuentes por las que una aseguradora rechaza un siniestro, qué pasos puedes dar para reclamar y cómo aumentar tus posibilidades de que tu seguro responda correctamente.
1. Entiende por qué el seguro puede negarse a pagar
Antes de reclamar, lo primero es comprender los motivos. Algunas causas frecuentes son:
🔹 Exclusiones en la póliza
Los seguros siempre tienen una lista de situaciones que no están cubiertas.
Ejemplo:
- Un seguro de viaje que no cubre accidentes en moto.
- Un seguro de salud que no incluye enfermedades preexistentes.
🔹 Incumplimiento de obligaciones del asegurado
La aseguradora puede negarse si considera que no cumpliste tu parte del contrato.
Ejemplo:
- No notificar un siniestro en el plazo establecido (a veces solo 7 días).
- No mantener el coche o la vivienda en condiciones adecuadas.
🔹 Información incorrecta en la contratación
Si al contratar el seguro ocultaste datos (intencionadamente o no), la compañía puede usarlo como motivo de rechazo.
Ejemplo:
- Declarar menos kilómetros en el coche de los que realmente haces.
- No informar de una enfermedad previa en un seguro médico.
🔹 Dudas sobre el siniestro
Si la aseguradora sospecha que hubo fraude o negligencia grave, puede iniciar una investigación y retrasar o rechazar el pago.
2. Primer paso: revisa tu póliza con calma
Puede sonar aburrido, pero es clave. Lee tu contrato y presta atención a:
- Coberturas incluidas: ¿el siniestro está en la lista de lo que sí cubre?
- Exclusiones: ¿aplica alguna de ellas a tu caso?
- Obligaciones: ¿avisaste a tiempo, aportaste la documentación necesaria?
👉 Solo sabiendo esto podrás tener claro si la aseguradora tiene razón o si realmente te corresponde reclamar.
3. Habla directamente con tu aseguradora
El siguiente paso es intentar resolver el problema de manera amistosa.
- Llama al servicio de atención al cliente y pide explicaciones claras y por escrito.
- Expón tu situación con documentación (fotos, informes médicos, facturas, denuncias, etc.).
- Solicita una revisión interna del caso.
Muchas veces, insistir y presentar pruebas sólidas hace que la compañía reconsidere.
4. Presenta una reclamación formal
Si la respuesta no es satisfactoria, el siguiente paso es presentar una reclamación escrita.
- Dirígela al departamento de atención al cliente de la aseguradora.
- Expón los hechos de manera clara, ordenada y con pruebas.
- Guarda siempre copia de la reclamación y de la respuesta que recibas.
👉 La aseguradora está obligada a responder en un plazo máximo (que suele ser de 30 a 60 días, según el país).
5. Acude al defensor del asegurado o mediador

Si la compañía mantiene su negativa, puedes escalar el caso a organismos externos:
- En algunos países existe la figura del Defensor del Asegurado o Defensor del Cliente.
- También puedes acudir a organismos de consumo o entidades reguladoras de seguros.
Estos organismos revisan el caso de manera imparcial y pueden emitir resoluciones que, aunque a veces no son vinculantes, suelen presionar a la aseguradora.
6. Vía judicial: la última opción
Si nada funciona y consideras que tienes derecho, puedes recurrir a la justicia.
- Contrata un abogado especializado en seguros.
- Valora si el coste del juicio compensa el importe que reclamas.
- Ten en cuenta que los procesos pueden ser largos.
👉 Esta es la opción más extrema, pero en algunos casos es la única manera de obtener lo que corresponde.
7. Cómo evitar problemas futuros con tu seguro
La mejor forma de no tener que enfrentarte a un rechazo es prevenir antes de contratar:
- Lee bien la póliza antes de firmar (especial atención a exclusiones).
- Declara siempre información real y completa en el cuestionario inicial.
- Pregunta todo lo que no entiendas: es tu derecho.
- Guarda la documentación de cada pago, comunicación y siniestro.
- Cumple tus obligaciones como asegurado: plazos, notificaciones, mantenimiento de bienes, etc.
8. Ejemplos de situaciones reales
- Un viajero que enfermó en EE.UU. descubrió que su seguro no cubría enfermedades preexistentes. Resultado: 15.000 € de hospital.
- Una fuga de agua en un piso no fue cubierta porque el propietario tardó más de 10 días en notificarlo.
- Un accidente de coche no fue indemnizado porque el conductor habitual no figuraba en la póliza.
👉 Todos estos casos se podrían haber evitado conociendo la letra pequeña y cumpliendo los requisitos.
Conclusión
Que una aseguradora no quiera pagar no significa automáticamente que pierdas tus derechos.
- Primero, entiende los motivos.
- Después, revisa tu contrato y presenta pruebas.
- Reclama de forma ordenada, escalando de atención al cliente a organismos externos y, si es necesario, a la vía judicial.
Y, sobre todo, recuerda: la mejor forma de protegerte es informarte bien antes de contratar y ser totalmente transparente con tu aseguradora.
Un seguro está para darte tranquilidad, no para generarte problemas. Y con la información adecuada, puedes asegurarte de que cumpla su función cuando realmente lo necesites.

